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ENVEJECIMIENTO 

Consejos Terapéuticos   


¿Qué es el envejecimiento?

El envejecimiento es una combinación de cambios, que hace disminuir la producción en el organismo de diversas hormonas importantes y el debilitamiento del sistema inmunológico, debido a lo cual aumenta nuestra vulnerabilidad a las enfermedades, y se puede tratar con terapias y medicinas naturales, otras terapias alternativas y consejos terapéuticos.

Envejecimiento

Los científicos han comenzado a creer que el ser humano puede llegar a vivir hasta 130 años, pero es excepcional que alguien cumpla esta edad y esto es debido a la influencia negativa de todos los factores externos conocido como 'influencia epigenética negativa' de los tóxicos ambientales, alimentarios y la pobre nutrición de los alimentos industriales que conseguimos en los comunes supermercados.

En el presente el número de personas ancianas es muy elevado en comparación con el de otros tiempos, si bien esto se debe principalmente a que ha disminuido el índice de natalidad, se han perfeccionado las técnicas curativas y han mejorado las condiciones de vida de la gente. Aun así es de hacer notar que este aparente aumento de la longevidad de apenas 5 años obtenido desde los años 40, no es nada en relación con los casi 25 años de incremento que hubo al terminar el siglo XIX y hacia las primeras 2 décadas del XX. Esto lleva a considerar que por encima de la nueva medicina industrial de antibióticos y vacunas, la mejoría fue dada por la mejor alimentación protéica y la mejora el saneamiento de los hogares que al mejorar económicamente eran menos hacinados que en la antigüedad, evitando así el dilagar de epidemias.

El envejecimiento se debe, según los descubrimientos de la dra Elizabeth H. Blacburn y su equipo en 2009, al acortamiento de los telómeros, los extremos de los cromosomas que son junciones estrechas que impiden el 'desilacharse' de la doble élice de ADN, preservando así la carga genética sin daño alguno. 

En la medida que las copias celulares avanzan con el tiempo, estas junciones estrechas o 'nudos' de telomerasa comienzan a relajarse de manera que en forma progresiva permiten la apertura de los extremos del ADN exponiendo los genes y permitiendo así la entrada de virus y tóxicos que pueden producir mutaciones, inactivaciones o roturas genéticas. La consecuencia será el envejecimiento o una enfermedad importante como el cáncer.

Muchas personas de edad madura se consideran jóvenes, y esperan que al cumplir 50 ó 60 años sigan manifestándose y sintiéndose bien; sin embargo, la proximidad de la jubilación aún continúa asociándose con el fantasma del aburrimiento, la pérdida de autonomía, la soledad e incluso la viudez. ¿Es inevitable este pesimismo? Se sabe que el régimen de vida y las circunstancias determinan en cierto grado la rapidez con que cada cual envejece, pero muchos psicólogos afirman que la actitud mental cumple una función significativa en dicho proceso: que si esperamos sentirnos seniles y decadentes al cumplir 70 años de edad, es probable que así suceda.

Los geriatras (especialistas en enfermedades de los ancianos) han descubierto que el proceso de hacerse viejo es una combinación de cambios, entre ellos la alteración del ritmo de los “relojes corporales” -que hace disminuir la producción en el organismo de diversas hormonas importantes- y el debilitamiento del sistema inmunológico, debido a lo cual aumenta nuestra vulnerabilidad a las enfermedades. Otros factores que desgastan nuestro cuerpo son la exposición a la luz solar, la contaminación ambiental, las drogas, los plaguicidas y los esfuerzos físicos realizados durante toda la vida. Estos factores desencadenan la formación de átomos o grupos de átomos muy activos que reaccionan con otros presentes en el cuerpo y dañan las células y las fibras de colágeno (el principal constituyente del tejido conjuntivo); esto a su vez provoca que dichas fibras formen enlaces cruzados y que la piel pierda elasticidad. Entonces se forman arrugas, las venas y las arterias se endurecen, los músculos se debilitan y las articulaciones se ponen rígidas.

Los habitantes de algunas tribus de países no desarrollados, que se alimentan de pescado, cereales y otros alimentos naturales, llegan a la vejez sintiéndose sanos y vigorosos, y casi sin padecer enfermedades degenerativas comunes como la artritis y los trastornos cardiacos. Esto implica que la nutrición es determinante en la longevidad de las personas.

 

Consejos para conservarse joven:

 

  • Hacer ejercicio durante 30 minutos de tres a cinco veces por semana.
  • Llevar una dieta de alimentos frescos que incluya verduras y cereales enteros en abundancia.
  • No abusar de las bebidas alcohólicas. Si es posible excluirlas de nuestra dieta
  • Practicar técnicas de relajación y meditación para combatir el estrés y promover el bienestar.
  • Cultivar una afición o una ocupación que mantenga activos la mente y el cuerpo después de la jubilación.
  • No excederse al comer.
  • No fumar.
  • No tomar fármacos sin prescripción; es preferible acudir al médico. En lo posible preferir productos naturales sin carga tóxica colateral
  • Reducir el consumo de café y té o sustituirlos por bebidas descafeinadas.
  • No exponerse demasiado al sol. Aunque tampoco hay que evitarlo debido a que gracias al sol podemos producir la Vitamina D, que nos ayuda contra las infecciones y el cáncer entre otros beneficios.


Consejos de Herbología como terapia natural para el envejecimiento

Algunos herbolarios rusos consideran que el ginseng aumenta la resistencia del organismo contra las enfermedades, el cansancio, el estrés y el envejecimiento. La raíz de ginseng siberiana tiene un leve efecto estimulante, y se cree que mejora la memoria y protege contra el daño celular. Al ginseng coreano se le atribuyen propiedades para desintoxicar el cuerpo, así como para aminorar la fatiga y la depresión. (Sin embargo, algunos médicos occidentales no recomiendan tomar ginseng a quienes padecen hipertensión).

Otros herbolarios afirman que la zarzaparrilla y la damiana tienen el mismo efecto restaurador que la terapia de restitución hormonal, sólo que sin ningún efecto secundario adverso.
Dichas hierbas también ayudan a restablecer el funcionamiento del aparato reproductor, en particular en los varones; son menos potentes que las hormonas naturales y por esta razón afectan menos a los órganos genitourinarios.

Una tisana tonificante puede prepararse poniendo a remojar durante cinco minutos una cucharadita de hojas secas de damiana en una taza de agua hirviendo, y una infusión de zarzaparrilla se prepara poniendo a hervir 20 g de raíz de esta hierba en medio litro de agua durante 25 minutos; en ambos casos hay que colar el líquido antes de beberlo. Al parecer estas dos hierbas surten mejor efecto en personas de entre 40 y 50 años de edad, que pueden tomar dos cucharadas de ellas dos veces al día durante un periodo de dos a seis semanas; sin embargo, es aconsejable consultar a un herbolario pues la dosis varía según la persona.


Consejos de Naturopatía como medicina natural para el envejecimiento

Se piensa que el exceso de proteínas, la falta de ejercicio y el sobrepeso corporal aceleran el envejecimiento. En los países desarrollados es común que las personas ingieran unas 3.500 calorías diariamente. Los naturópatas consideran que unas 1.800 calorías bastan para nutrirse, a condición de que la dieta incluya alimentos crudos, cereales enteros, legumbres, semillas y cantidades moderadas de proteínas.

Este tipo de régimen, que casi excluye la sal, las grasas y el azúcar refinada, al parecer fortalece el sistema inmunológico, retrasa el envejecimiento y mantiene la actividad mental en óptimo estado. También se aconseja abstenerse de los comestibles procesados, practicar el ayuno durante 24 horas cada tres meses y hacer ejercicio.

Entre los alimentos ricos en vitaminas y minerales que se recomienda consumir figuran el hígado, la yema de huevo, las semillas de girasol, la melaza, las algas marinas (que pueden adquirirse en forma de cápsulas en las farmacias naturistas), el ajo, la col, las verduras crudas y el germen de trigo; es importante variar y equilibrar estos alimentos en la dieta diaria. Ahora bien, salvo que produzca acidez, el ajo puede comerse con entera libertad, y se aconseja tomar diariamente una cápsula de algas marinas a menos que el terapeuta prescriba otra dosis. Se dice que comer piña fresca en ayunas una vez a la semana ayuda a conservar la tersura de la piel y a restablecer las fibras de colágeno.

Es probable que el naturópata también recomiende tomar antioxidantes, nutrientes que supuestamente previenen la destrucción de la vitamina C, retrasan la degeneración de las células corporales y fortalecen el sistema inmunológico, entre otras funciones. El terapeuta prescribirá la dosis adecuada según la persona, que puede adquirir los antioxidantes en forma de tabletas en algunas farmacias naturistas.

Se dice que los nutrientes que a continuación se mencionan se complementan entre sí y que conviene tomarlos diariamente en forma de tableta con el desayuno: vitamina A, para estimular el sistema inmunológico; vitamina C, para fortalecer dicho sistema y favorecer la producción de interferón (una sustancia antiviral); cinc, para regenerar los tejidos cutáneos; bioflavonoides, para dar firmeza y tersura a la piel; vitamina E, para retrasar el envejecimiento de las células y proteger contra las infecciones y contra el daño provocado por la contaminación del aire, y vitaminas del complejo B para prevenir diversos trastornos, desde inapetencia hasta cansancio.

Los naturópatas también aconsejan hacer ejercicios aeróbicos para estimular las glándulas endocrinas (que segregan hormonas esenciales como la del crecimiento), mejorar la circulación y ayudar a prevenir el daño celular, la hipertensión y la depresión. Una opción es caminar, bailar o nadar por lo menos 30 minutos de tres a cinco veces por semana. Las personas de edad avanzada o madura deben consultar al médico antes de emprender un programa de acondicionamiento aeróbico, sobre todo si éste incluye ejercicios vigorosos o extenuantes.


Consejos de Acupuntura como terapia para el envejecimiento

Se dice que someterse a sesiones regulares de acupuntura cuatro o más veces al año (con preferencia en los cambios de estación) ayuda a conservarse joven. El terapeuta intentará tonificar todo el organismo del paciente a fin de promover en él la salud y el bienestar. El tratamiento con agujas, que puede combinarse con moxibustión, al parecer también combate enfermedades de la vejez como la artritis y el reumatismo.


Consejos de Aromaterapia como terapia natural para el envejecimiento

Los aromaterapeutas consideran que envejecemos porque el “ritmo” natural de nuestro organismo se vuelve más lento, y que los aceites esenciales pueden restablecer ese ritmo, retrasar el envejecimiento de la piel y ayudar a regenerar los tejidos corporales que han perdido firmeza y provocado artritis, sinusitis y otros trastornos. Se cree que ciertos aromas reavivan la mente, mejoran la percepción y estimulan la memoria.

 

Consejos de Biorritmos  para el envejecimiento

Una gráfica biorrítmica supuestamente predice los altibajos (los días buenos y los días malos) que una persona podría afrontar en el futuro inmediato. Los ancianos pueden recurrir a ella para saber qué días son los adecuados para ahorrar energía y cuáles se prestan para la actividad; de este modo pueden prolongar su esperanza de vida y disfrutar ésta a plenitud.

 

Consejos de Tai chi para el envejecimiento

Esta disciplina de origen chino, que debe practicarse diariamente y que consiste en efectuar una serie de movimientos lentos mientras se medita, es apropiada para todas las edades, y se dice que devuelve los bríos de la juventud además de favorecer la postura, la flexibilidad, el equilibrio, el vigor y el bienestar general.

 

Consejos de Yoga para el envejecimiento

Las posiciones del yoga relajan la mente, alivian la tensión muscular y ayudan a envejecer con dignidad.


Consejo Clínico Ortodoxo para el envejecimiento

Los científicos han logrado duplicar la esperanza de vida de algunos animales de laboratorio sometiéndolos a ayunos y a dietas bajas en calorías, y creen que estos regímenes alimentarios podrían emplearse también para rejuvenecer y proteger el sistema inmunológico humano. Asimismo, consideran que si se conociera a fondo la naturaleza de nuestros “relojes internos”, los cuales comienzan a modificar su ritmo a medida que envejecemos, sería posible reprogramarlos para volver más lento el proceso de hacerse viejo.

Una disciplina llamada psiconeuroinmunología, que estudia las relaciones entre la mente y el cuerpo, ha demostrado que el estado mental afecta al sistema inmunológico. Las defensas orgánicas de las personas que se sienten desvalidas y deprimidas son menos resistentes que las de quienes se sienten contentos y tienen fe en el futuro. Esto implica que técnicas como la meditación y la visualización, que pueden alterar los estados mental y anímico, podrían usarse para promover la salud del sistema inmunológico y la longevidad.

Se ha señalado también que las personas creativas tienden a ser longevas y a disfrutar de plena salud, acaso porque permanecen mentalmente activas y abiertas a las innovaciones, además de conservar la curiosidad y la capacidad de asombro.

Mirar con entusiasmo hacia el futuro y confiar en la propia capacidad de crecimiento mantiene encendida la luz que ilumina a cada persona. El permanecer siempre animado en lo físico y en lo mental es un reto, pero todos podemos afrontarlo y pensar en la vejez como una oportunidad para renacer.

Nota Importante:

El Consejo Profesional de Terapeutas le recomienda que se asegure que su terapeuta cumple con un código ético como terapeuta profesional, y de que cuenta con la formación adecuada en su especialidad, bien sea como especialista en la materia, o incluso como doctorado

El Consejo Profesional de Terapeutas no asume ninguna responsabilidad del uso de los consejos terapéuticos y sus posibles efectos en la salud, y aconseja consultar siempre con los especialistas de cada rama. No tome por su cuenta medicamentos que deban ser prescritos por un profesional sanitario acreditado. No deje de tomar ningún medicamento que le haya sido prescrito por un profesional sanitario sin la supervisión adecuada.

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