VISUALIZACIÓN
Una terapia sensorial para mejorar la salud y el bienestar
La visualización es una terapia sensorial que manifiesta el poder curativo de la imaginación y ayudar a restablecer el equilibrio entre los hemisferios cerebrales contribuyendo a la salud y el bienestar.
¿Qué es la visualización como terapia sensorial?
Las imágenes mentales son una poderosa fuerza de cambio para bien o para mal, según el uso que se les dé. La terapia por visualización se propone enseñar al paciente diversas técnicas para aprovechar esa fuerza a fin de beneficiar su salud, colaborar con los procesos reparadores del organismo y reforzar los aspectos positivos de su personalidad.
Con mucha frecuencia concedemos más importancia a nuestros temores y problemas que a nuestra capacidad de mejorar las cosas. Por ejemplo, si una persona que ha sido invitada a una fiesta teme que los demás invitados no le presten atención, su predisposición la inclinará a imaginar que entra en un salón donde nadie le hace caso; una vez que se encuentra en la situación real, la imagen mental que se ha forjado es tan fuerte que inevitablemente dirigirá su atención a quienes, en efecto, no se fijan en ella. Una actitud muy distinta es la de quien se dirige a la fiesta esperando que al menos uno de los otros invitados estará dispuesto a conversar con él y, cuando llega, busca a ese invitado.
Las representaciones mentales negativas y las convicciones subyacentes que las producen tienden a cumplirse, con los consiguientes efectos perjudiciales en el cuerpo y en la mente. Según los practicantes de la terapia por visualización, las representaciones positivas, orientadas a la salud, tienen la misma fuerza, pero su influencia física y mental es beneficiosa.
La elaboración de imágenes mentales es un proceso que ocurre naturalmente al soñar. La práctica de la visualización es un proceso similar, pero supone un ejercicio deliberado cuyo fin es imaginar una situación favorable, basado en el principio de que el cuerpo y la mente no son entidades aisladas, sino que se afectan recíprocamente, de modo que los pensamientos pueden tener efectos físicos y mentales.
Las diversas teorías que se han propuesto para explicar el mecanismo de la visualización coinciden en que existe una estrecha relación entre las emociones, las imágenes mentales y las reacciones físicas. Las emociones suelen ir acompañadas de reacciones físicas (la tristeza trae consigo suspiros), mientras que las imágenes mentales evocan emociones y éstas se experimentan a modo de imágenes mentales. Se cree que al modificar estas últimas, la visualización es capaz de afectar las emociones y las reacciones físicas.
Se ha señalado también que la práctica de la visualización puede ayudar a restablecer el equilibrio entre los hemisferios cerebrales. El hemisferio izquierdo, asociado con el pensamiento lógico, es el que predomina en la mayoría de las personas, mientras que el derecho, más inclinado a la creatividad y a la intuición, se usa relativamente poco. Se cree que al pensar con imágenes se ejercita el hemisferio derecho, lo que ayuda a corregir el desequilibrio.
Utilidad de la visualización para la salud y el bienestar
Los practicantes aseguran que la visualización es un valioso auxiliar para tratar el asma, ciertos trastornos cardiacos, el cáncer, las fobias y el dolor, así como para mejorar la capacidad de relacionarse con los demás y la opinión de uno mismo.
Los niños son sujetos particularmente aptos para la terapia, ya que su fantasía especialmente desarrollada les facilita la elaboración de imágenes mentales y puede aprovecharse para ayudarlos a superar numerosos problemas, corregir incapacidades de expresión y fortalecer sus lazos familiares.
¿Cómo realizar una visualización?
Los terapeutas recomiendan que sea un experto quien enseñe las técnicas de visualización para que el paciente las practique luego en casa. Aunque en la mayoría de los casos el aprendizaje es rápido, algunas personas pueden tardar más tiempo, a veces porque tienden a pensar con elementos distintos de las imágenes.
Si se tiene dificultad para crear imágenes mentales, el siguiente ejercicio puede ser de utilidad: hay que observar detenidamente un cuadro o fotografía durante 2 ó 3 minutos y luego cerrar los ojos y tratar de reproducir la imagen en la mente con el mayor detalle posible. Cuando el ejercicio presente dificultades, hay que repetirlo, pero esta vez reproduciendo la imagen de una habitación y, por último, una escena en movimiento.
La visualización también constituye un valioso auxiliar para los ejercicios de relajación y respiración. Al practicar la respiración diafragmática, la persona debe tratar de visualizar un círculo frente a ella: sin moverse, debe imaginar que dibuja la mitad del círculo al inspirar, y la otra mitad al espirar. Hay que repetir la práctica varias veces hasta que el círculo aparezca tan nítido y perfecto como sea posible; luego conviene dedicar unos minutos para visualizar cada inspiración como una corriente de aire que viajara desde los dedos de los pies, a través de la espalda, hasta la coronilla, y cada espiración en el sentido opuesto.
Para aumentar los efectos de la relajación muscular progresiva, hay que imaginar, una vez que se ha logrado una relajación completa, que se está en algún lugar apacible. La escena debe dotarse del mayor detalle posible, y además de imágenes, hay que tratar de representarse sonios, olores y sensaciones. Al cabo de 5 a 10 minutos, hay que dejar que la imagen se desvanezca poco a poco.
Para aliviar dolores intensos, se dice que la visualización requiere práctica y debe ser enseñada por un terapeuta, pero en casos leves la siguiente técnica puede ser eficaz: hay que cerrar los ojos y practicar una lenta respiración diafragmática, que debe visualizarse como una corriente de aire que entrara y saliera de la zona dolorosa; cada inspiración debe imaginarse como la invasión de una onda de calor, y cada espiración como un soplo que se llevara consigo el dolor.
¿Cómo es una consulta de terapia sensorial de visualización?
La terapia por visualización constituye un recurso auxiliar de muy diversos tratamientos, el entrenamiento autógeno, la regresión, la hipnoterapia y la psicoterapia. Después de pedir al paciente una descripción detallada de su problema, el terapeuta le hará sentarse o recostarse cómodamente y, para lograr que se relaje, quizá le haga practicar ciertos ejercicios respiratorios.
Una vez conseguida la relajación, el terapeuta sugerirá al paciente cierta imagen relacionada con su problema. En ocasiones la imagen se toma de una película, fotografía o pintura; en ese caso el paciente deberá observarla y luego describirla con todo detalle. Durante la descripción, el paciente está en libertad de hacer modificaciones a la sugerencia original.
Mientras el paciente explora y describe la escena, el terapeuta le ayudará a tomar conciencia de los sentimientos o reacciones corporales que experimente. En el curso de las sesiones de terapia, se irán haciendo pequeños cambios a las imágenes que se visualizan, a fin de modificar poco a poco las reacciones del paciente y resolver finalmente su problema.
El punto de vista ortodoxo sobre la visualización como terapia sensorial.
La terapia por visualización es un medio perfectamente aceptable para promover la relajación del cuerpo y la mente y reducir el estrés.
Edmund Jacobson descubrió que cuando una persona se visualiza corriendo, experimenta una contracción involuntaria de los músculos de las piernas. El médico estadounidense Carl Simonton y de su esposa Stephanie trataron a varios enfermos de cáncer haciéndolos visualizar células sanas que atacaban y destruían las células malignas. De acuerdo con los investigadores, los enfermos así tratados vivieron como promedio el doble de tiempo que otros enfermos, y en algunos casos el curso de su enfermedad se detuvo, permitiéndoles reanudar su vida normal. Aún así, los hallazgos de los Simonton no están exentos de objeciones.
Por su parte, Bernard Siegel, cirujano estadounidense del Hospital Yale - New Haven y profesor de la Escuela de Medicina de la Universidad de Yale, investiga actualmente las imágenes mentales elaboradas por enfermos en sueños y pinturas, las cuales considera como signos de un conocimiento inconsciente del enfermo acerca del padecimiento que lo aqueja. Como resultado de sus investigaciones, Siegel ha concluido que muchas personas tienen la capacidad de curarse solas, pero que a menudo no tienen deseos de vivir o esperan que el remedio proceda del exterior: un médico, medicinas u otra forma de tratamiento. Según Siegel, esas personas se beneficiarían poco con la terapia por visualización; en cambio, en aquellas que están dispuestas a asumir la responsabilidad de su salud, es probable que la terapia active los procesos reparadores del organismo.