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AROMATERAPIA

Una terapia sensorial para mejorar la salud y el bienestar

 

La aromaterapia es una terapia sensorial basada en los aromas que trata la enfermedad mediante el poder curativo de los aceites esenciales bien por inhalación o mediante masaje.

 

¿Qué es la aromaterapia como terapia sensorial?

Se llama aromaterapia al tratamiento de enfermedades con aceites extraídos de las plantas, los cuales son muy concentrados y contienen las sustancias que dan olor característico a éstas. Los practicantes de esta técnica afirman que los aceites esenciales, como se les llama, tienen propiedades medicinales bien definidas.

Aromaterapia

Dichos aceites son producidos por unas diminutas “glándulas” distribuidas en los pétalos, las hojas, los tallos, la corteza y la madera de muchas plantas y árboles; normalmente son liberados en forma pausada, pero si esas partes de las plantas son sometidas a calor o presión, las glándulas se revientan y el aroma se intensifica. Para extraer los aceites esenciales se usa un proceso de destilación que consiste en evaporar la esencia de la planta, condensarla y separar después su contenido de agua o disolver el aceite obtenido en alcohol u otro solvente; en este último caso el producto se llama resina. Aunque el grado de pureza de las resinas es menor que el de los aceites esenciales, pues quedan residuos de solvente en ellas aún después de purificarlas, también tienen valiosas propiedades terapéuticas.

Los aceites esenciales generalmente se aplican sobre la piel y se hacen penetrar mediante un masaje, pero también pueden inhalarse, agregarse al agua de baño, usarse en compresas y, cuando su grado de pureza está garantizado, ingerirse en forma diluida. Se considera que la inhalación surte efecto más rápidamente porque las moléculas odoríferas de los aceites provocan una reacción inmediata en las células nerviosas del cerebro; se sabe también que éstos pueden penetrar la piel (posiblemente a través de los poros y los folículos capilares) hasta ser absorbidos en el torrente sanguíneo.


Utilidad de la aromaterapia para la salud y el bienestar

Los practicantes de esta forma de tratamiento afirman que no ocasiona efectos secundarios graves y que es adecuada para personas de todas las edades, incluso para bebés; además, señalan que es eficaz para combatir enfermedades crónicas y recurrentes, en particular las que la medicina ortodoxa no puede curar o que para hacerlo recurre a medicamentos de comprobados efectos secundarios nocivos.

La aromaterapia tiene aplicación en muy diversas enfermedades. Al parecer produce una rápida mejoría en pacientes con trastornos nerviosos como depresión, ira y estrés, o que se quejan de síntomas relacionados como dolor de cabeza e insomnio. Los aceites esenciales también se usan para aliviar el dolor, la artritis, el reumatismo, la pérdida del impulso sexual, la bronquitis, los calambres, el eccema y el acné.

Se ha comprobado asimismo que casi todos los aceites esenciales tienen propiedades antisépticas, y muchos de ellos, como los de tomillo, lavanda, árbol de té y geranio, supuestamente son muy eficaces para combatir infecciones causadas por bacterias, hongos y virus. Además de sus virtudes curativas, los aceites tienen reconocidos efectos estimulantes o calmantes que en algunas personas producen una sensación de armonía y bienestar; incluso se dice que algunos de ellos pueden prevenir enfermedades.
Hay que emplear con cuidado los aceites esenciales y las resinas pues en ocasiones provocan alergia y afecciones cutáneas que podrían infectarse. No se recomienda el uso ingerido de los aceites a menos que sean prescritos por un médico experto en aromaterapia.


¿Cómo es una consulta de aromaterapia?

Los aromaterapeutas profesionales por lo general cursan una diplomatura sobre el tema con una duración de 3 a 12 meses, que incluye materias como anatomía y fisiología y entrenamiento en técnicas de masaje, shiatsu, digitopuntura y reflexoterapia. Algunos médicos especializados en inhaloterapia ofrecen sesiones de aromaterapia.

El terapeuta primero hará preguntas al paciente acerca de su estado de salud general, enfermedades y tratamientos pasados y su régimen de vida, así como sobre su alimentación, frecuencia de ejercicio y hábitos de sueño; también evaluará su apariencia física y sus posturas corporales, y quizá lo someta a ciertas pruebas de reflejos para poder establecer una base de diagnóstico.

Luego elegirá los aceites que considere apropiados para el paciente y, dependiendo de la naturaleza del padecimiento, los envasará para que aquél los utilice en casa o realizará una sesión de masaje con ellos (de unos 30 a 90 minutos de duración). Se cree que la aplicación de aceites mediante masaje tiene efectos terapéuticos permanentes, a condición de que también se usen en casa, pero en algunos casos se requieren varias sesiones de tratamiento para ver los resultados.


El punto de vista ortodoxo sobre la aromaterapia como terapia sensorial

Cada vez hay más médicos convencidos de los beneficios de la aromaterapia, y en muchos hospitales del mundo hoy día constituye una forma de tratamiento opcional para muy diversos padecimientos físicos y psicológicos.
Los científicos han comprobado las propiedades medicinales de numerosas plantas y confirmado que muchos aceites esenciales las poseen. Asimismo, hay pruebas de que el aroma de los aceites estimula ciertas células de la nariz que envían mensajes al cerebro, y que, en efecto, los aceites pueden penetrar la piel.


Recomendaciones de la aromaterapia como terapia sensorial

Los aromaterapeutas dicen que su arte curativo puede practicarse en casa sin riesgo alguno si se acatan estas sencillas normas de seguridad:

Adquirir aceites esenciales de calidad garantizada y de un proveedor de confianza. La etiqueta debe indicar el grado de pureza del aceite y si está diluido o no con alcohol o mezclado con algún aceite vegetal; si se señala que el producto puede aplicarse directamente en la piel, es probable que esté diluido pues los aceites puros son demasiado irritantes para ese uso.

No aplicar aceites esenciales sin diluir directamente en la piel excepto si un médico los recomienda para aliviar la comezón causada por picaduras de insectos.

No ingerir aceites esenciales (ni siquiera diluidos) a menos que hayan sido prescritos por un médico y se tomen en la dosis indicada.

Usar sin temor dos o más aceites a la vez. Al parecer la aromaterapia tiene mejores efectos cuando se combinan varias esencias, pero no hay que rebasar el número de gotas prescritas de cada una de ellas.
Los aromaterapeutas han obtenido aceites esenciales de centenares de plantas, pero por lo común usan unas 30 para tratar la mayoría de las enfermedades. Dichos aceites se agrupan en tres clases: los que tonifican el cuerpo y levantan el ánimo; los que regulan las principales funciones corporales, y los que producen un efecto sedante en el cuerpo y la mente. Con los métodos siguientes y los aceites prescritos por el terapeuta se pueden tratar en casa diversos padecimientos:

 

 

  • Inhalación. Verter 10 gotas del aceite en un pañuelo e inhalar el aroma. Si se tiene la nariz tapada, conviene colocar el pañuelo dentro de la funda de la almohada para despejar las vías respiratorias en las noches. Para hacer una vaporización hay que verter 10 gotas del aceite y media taza de agua caliente en una palangana; luego la persona debe colocar ésta en una mesa, cubrirse la cabeza con una toalla y sentarse de modo que reciba el vapor directamente en la cara. Hay que respirar a fondo por la nariz hasta que el aroma casi se disipe, y repetir la inhalación tres veces al día. Este tratamiento no es aconsejable si se padece asma.

 

  • Baños de pies y manos. Diluir 8 ó 10 gotas del aceite en una palangana llena de agua caliente. Luego meter allí las manos o los pies unos 10 ó 15 minutos, moverlos en círculo en forma ocasional y agregar agua tibia conforme se requiera. Al final hay que envolverse las extremidades con una toalla seca durante 15 minutos y luego darse masaje con más aceite.

 

  • Compresas. Verter 8 ó 10 gotas de aceite en media taza de agua y mojar con ésta una tira limpia de tela de algodón doblada en cuatro, que sea lo bastante ancha para cubrir la zona que se va a tratar; luego hay que exprimirla, colocarla en su lugar y fijarla con una venda. Se aconseja cubrir la compresa con una toalla caliente para apresurar el efecto y mantener tibia la zona afectada. Se debe dejar aquélla en su sitio al menos dos horas. Para aliviar esguinces, moretones, quemaduras y furúnculos se pueden usar compresas humedecidas con dos o tres gotas de aceite sin diluir.

 

  • Masaje. Los aceites esenciales pueden aplicarse directamente en la piel mediante técnicas de masaje ordinarias. Para preparar el linimento adecuado hay que mezclar en una botella de vidrio de 60 ml una cucharadita de aceite de germen de trigo, una de aceite de aguacate o de avellana, de 15 a 30 gotas de los aceites esenciales prescritos y aceite de almendra como vehículo. Para dar masaje a toda la espalda basta con una cucharadita de linimento, y menos cantidad para zonas pequeñas. Este tratamiento ayuda a aliviar el estrés, los dolores musculares, algunas enfermedades respiratorias, la artritis varias afecciones de la piel.

 

  • Tisanas. Para combatir trastornos digestivos y urinarios y el estrés pueden beberse dos o tres gotas del aceite adecuado diluidas en una taza de té negro, frío o caliente, dos veces diarias.

 

Historia de la aromaterapia como terapia sensorial

La aromaterapia es una de las artes curativas más antiguas, si bien su fecha y lugar de origen son inciertos. En algunos manuscritos chinos se menciona el uso terapéutico de los aceites vegetales, y hay testimonios de que los persas usaban aguas destiladas de rosas y de azahar como remedios para curar enfermedades y como cosméticos. El médico árabe Avicena perfeccionó en el siglo XI el proceso de destilación y obtuvo aceites esenciales con mayor grado de pureza.

Se cree que los griegos y los romanos difundieron en Occidente el conocimiento chino de los aceites medicinales, que también empleaban para baños y masajes aromáticos. A partir del siglo XIII comenzó a generalizarse en Europa el uso de los aceites como perfumes, antisépticos y remedios curativos. Hacia el siglo XIX empezaron a elaborarse aceites esenciales sintéticos.

El término aromaterapia no fue acuñado hasta principios de este siglo. El químico francés René Gattefosse inventó el vocablo, y fue pionero en el empleo medicinal de los aceites esenciales. Él mismo contó que, después de quemarse la mano accidentalmente, la metió sin pensar en aceite de lavanda, y quedó sorprendido de la rapidez con que dejó de dolerle y de lo pronto que se le curó la piel, sin dejar ampollas ni cicatrices.

Durante la Primera Guerra Mundial, Gattefosse descubrió las propiedades de muchos otros aceites mientras auxiliaba a los soldados heridos. Su obra fue continuada por el médico francés Jean Valnet y por la bioquímica y cosmética Marguerite Maury, también de nacionalidad francesa. Valnet usaba los aceites esenciales para combatir enfermedades graves como cáncer, tuberculosis y diabetes, y en muchos casos tuvo éxito. Por su parte, Maury combinó la aplicación de los aceites con técnicas de masaje y con diversos tratamientos de belleza.

Nota Importante:

El Consejo Profesional de Terapeutas le recomienda que se asegure que su terapeuta cumple con un código ético como terapeuta profesional, y de que cuenta con la formación adecuada en su especialidad, bien sea como especialista en la materia, o incluso como doctorado

El Consejo Profesional de Terapeutas no asume ninguna responsabilidad del uso de los consejos terapéuticos y sus posibles efectos en la salud, y aconseja consultar siempre con los especialistas de cada rama. No tome por su cuenta medicamentos que deban ser prescritos por un profesional sanitario acreditado. No deje de tomar ningún medicamento que le haya sido prescrito por un profesional sanitario sin la supervisión adecuada.

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