Remedios de Bach - Flores de Bach
Los Remedios de Bach combaten las causas de la enfermedad y no sus efectos. Utilizan remedios florales como terapia natural y alternativa, por lo que también se conoce como Flores de Bach.
¿Qué son los remedios florales de Bach como terapia natural y alternativa?
Los remedios de Bach son una colección de 38 preparados medicinales de origen vegetal, así llamados en honor de su creador, el médico y bacteriólogo inglés Edward Bach (1880-1936). En 1915, Bach comenzó a ejercer en Londres como alópata y homeópata, convencido de que para cada padecimiento existía un remedio floral. Recuperado él mismo de una grave enfermedad en 1917, tuvo la certeza de que podía intuir qué plantas tenían virtudes curativas y cuál era su aplicación. En 1930 renunció a su atareada consulta londinense y se mudó a Gales, donde continuó su búsqueda de plantas medicinales.
Como creía que el rocío adquiría las propiedades de las flores en las que se formaba, se dedicó a recolectarlo para administrarlo a sus pacientes. Pronto ya no pudo satisfacer la demanda, por lo que se puso a experimentar y concluyó que obtendría un efecto similar al del rocío si cortaba las flores y las ponía a flotar en agua de manantial, al sol. Así lo hizo, y luego embotelló y vendió el agua, estableciendo el método de preparación de flores de Bach que aún se emplea.
Los remedios florales están destinados a tratar al paciente en su conjunto, y no sólo a tratar los síntomas de su enfermedad, según el principio de que todo trastorno, físico o psicológico, obedece a un desequilibrio interno para el cual la naturaleza ha creado un remedio floral compuesto de una planta medicinal, luz solar, agua de manantial y aire fresco.
Los biógrafos de Edward Bach lo describen como un médico de vocación auténtica, sensible al sufrimiento, hasta el punto de no tolerar un tratamiento basado en inyecciones. Tenía una gran capacidad de observación y una intuición poderosa, cualidades inapreciables en alguien dedicado a la medicina.
Bach desarrolló su profesión guiado por dos ideas básicas: combatir las causas de la enfermedad y no sus efectos, y curar sin agredir. La máxima de Hipócrates “Primero, no hacer daño”, tan olvidada en nuestro tiempo, fue el fundamento de su actividad médica. En su libro “Cúrese usted mismo” expresa los siguientes conceptos acerca de las causas de la enfermedad: “La principal razón del fracaso de la ciencia médica moderna es que trata los resultados pero no las causas. Durante muchos siglos, la auténtica naturaleza de la enfermedad ha quedado enmascarada por el materialismo, y así la enfermedad ha tenido las oportunidades de extender sus estragos, puesto que no se han atacado sus orígenes. La situación es como la de un enemigo poderosamente fortificado en las colinas, enviando continuas guerrillas por el territorio de alrededor, mientras la gente, descuidando la guarnición fortificada, se contenta con reparar los daños causados en las casas y con enterrar a los muertos provocados por los guerrilleros. Así es, en términos generales, la situación en la medicina actual: se hace un remiendo en los atacados y se entierra a los degollados, sin pensar en la verdadera fortaleza.
“Nunca se erradicará ni se curará la enfermedad con los actuales métodos materialistas, por la sencilla razón de que la enfermedad no es material en su origen. Lo que nosotros conocemos como enfermedad es el último resultado producido en el cuerpo, el producto final de fuerzas profundas y duraderas, y aunque el tratamiento material sólo sea aparentemente eficaz, es un mero alivio temporal si no se suprime la causa real.”
Utilidad de la terapia natural de los remedios florales o flores de Bach.
Los discípulos de Bach sostienen que sus remedios florales pueden beneficiar a cualquier persona, y que los casos agudos o los leves son los que mejor responden a ellos. Señalan también que los casos crónicos requieren un tratamiento prolongado; por eso suelen decir a los enfermos que es necesario hacer acopio de paciencia y constancia, y que deben tomar los remedios “con la misma naturalidad y falta de expectativa con que se lavan los dientes todas las mañanas”.
Aunque los remedios florales deben elegirse de acuerdo con los síntomas emocionales del enfermo, también contribuyen al alivio de trastornos físicos. No obstante, sólo deben considerarse como una terapia complementaria en los casos que exigen tratamiento ortodoxo.
Bach pretendía que cualquier persona pudiera usar los remedios florales sin necesidad de consultar a un terapeuta. Para ello, la persona debería reflexionar sobre sus sentimientos, su conducta habitual y su estado emocional del momento, y luego elegir las flores de Bach más convenientes.
El número máximo de flores de Bach que pueden usarse al mismo tiempo es de cinco, pero cuantos menos se usen, tanto mejor. En opinión de Bach, a cada constitución y personalidad corresponde un remedio “típico” que puede tomarse durante largo tiempo, mientras que los demás sólo están indicados para trastornos momentáneos. Como no es fácil dar con el remedio adecuado para el propio caso, los terapeutas recomiendan probar varios antes de decidirse por alguno.
Los remedios se adquieren en forma concentrada (agua en la que se han remojado flores, conservada con alcohol) en algunas tiendas de productos naturales. Antes de usarlos hay que diluirlos en agua de manantial (dos gotas del concentrado por cada 20 ml de agua). En todos los casos, la dosis del remedio floral diluido es de cuatro gotas, cuatro veces al día; la primera toma debe hacerse al levantarse por la mañana y la última al irse a dormir. Las gotas pueden verterse en un poco de agua o directamente en la lengua, con cuidado de que ésta no toque el cuentagotas para no contaminar el remedio floral. Bach aconseja imaginar cada toma como la irradiación de una luz curativa en el interior del propio ser.
Se dice que los remedios florales son inofensivos para los recién nacidos, los niños e incluso los animales. Los 20 ml del remedio diluido alcanzan para 10 días, al cabo de los cuales es posible experimentar con otro remedio. Hay que interrumpir el tratamiento siempre que se sienta alivio, y reanudarlo si el trastorno recurre al cabo de un tiempo. En cambio, si los síntomas persisten, conviene acudir a un médico o un psicoterapeuta, según corresponda, y nunca dejar de hacerlo por el hecho de estar tomando los remedios.
Los concentrados duran indefinidamente si se guardan en un lugar fresco y oscuro, pero los remedios diluidos sólo se conservan unas tres semanas. Si se quiere hacerlos durar más, hay que añadirles una tercera parte de alcohol; el coñac se emplea tradicionalmente como conservador. En tiempo caluroso hay que mantener en refrigeración los remedios diluidos y agregarles un poco de coñac o vinagre de manzana para evitar que se descompongan. Antes de volver a utilizar los envases vacíos, deben esterilizarse, junto con los cuentagotas, en agua hirviendo con una cucharada de vinagre de manzana.
¿Cómo es una consulta de remedios florales o flores de Bach?
Los remedios florales o flores de Bach en ocasiones se emplean en conjunción con la herbología, la homeopatía o la naturopatía. Como ocurre con otras terapias alternativas y naturales, una opción para hallar un terapeuta calificado podría ser atenerse a la recomendación de alguien que hubiese quedado satisfecho con los resultados.
Los remedios florales fueron concebidos como un tratamiento de autoayuda, pero algunas personas necesitan acudir a un terapeuta porque no pueden profundizar lo suficiente en sí mismas para elegir el remedio floral idóneo o porque requieren otro tipo de terapia. La consulta al especialista dura entre 10 minutos y una hora, según el caso particular, y generalmente se hacen visitas de seguimiento cada mes o cada seis semanas.
El terapeuta suele hacer preguntas sobre el régimen de vida del paciente, su estado de salud y sus sentimientos; luego elegirá uno o más flores de Bach y explicará para qué sirven, cómo deben tomarse y qué efecto tendrán. Quizá pida al paciente llevar un registro de los cambios que sufra su estado general.
El punto de vista ortodoxo sobre las terapias naturales con: remedios florales o flores de Bach.
Aunque varios estudios e informes personales defienden la eficacia de los remedios florales, ésta no puede explicarse a la luz de la ciencia: los análisis químicos de aquéllos sólo revelan la presencia de agua de manantial y alcohol. Los discípulos de las flores de Bach arguyen que la ciencia quizá no haya avanzado lo suficiente para poder detectar las propiedades de los remedios florales. Por lo que respecta a los trastornos emocionales, algunos psicoterapeutas señalan que la elección de los remedios florales puede en sí contribuir a la curación al hacer que el enfermo reflexione sobre su conducta y dé los pasos necesarios para modificarla.