SHIATSU 

Una Terapia Manual basada en la Digitopuntura y el Masaje 

 

El shiatsu es una terapia manual basada en el masaje y la digitopuntura donde también se utilizan manos, codos, rodillas y pies para restablecer la salud y el bienestar.

 

¿Qué es el shiatsu como terapia manual alternativa?

Aunque la palabra japonesa shiatsu significa literalmente “presión con los dedos”, en esta modalidad de masaje no sólo se emplean los dedos (en particular los pulgares) sino también las palmas de las manos, los antebrazos, los codos, las rodillas y los pies. Al igual que la digitopuntura, el shiatsu consiste en oprimir centenares de puntos superficiales (tsubo) distribuidos en los meridianos del cuerpo para estimular el flujo de energía vital (chi) a través de los mismos.

Shiatsu

Esta disciplina se ha practicado en Japón desde hace siglos, y al igual que su homóloga china, se deriva de un antiguo sistema de masaje llamado amna, que consiste en amasar y manipular las manos y los pies. A diferencia de la acupuntura, que terminó por convertirse en una especialidad médica, el shiatsu y la digitopuntura se han transmitido por tradición oral durante generaciones y hasta la fecha se practican como tratamientos caseros.

A pesar de su larga historia, el shiatsu no obtuvo reconocimiento como forma de terapia hasta principios de este siglo, cuando Tokujiro Namikoshi empezó a difundir sus beneficios, y en la actualidad ha comenzado a desplazar a la digitopuntura en los países occidentales. El shiatsu es en esencia una técnica preventiva, pero también se emplea para combatir trastornos específicos. Se dice que influye en las fuerzas electromagnéticas del cuerpo, las cuales supuestamente son muy altas o muy bajas en las zonas donde se encuentran los puntos de presión. Por medio de la estimulación de estos últimos, se pretende restablecer la cantidad y calidad de energía vital que fluye a lo largo de los meridianos, lo que no sólo beneficia al cuerpo sino también a la mente y el espíritu, y contribuye a la salud y el bienestar.


Utilidad del shiatsu como terapia manual alternativa.

Se dice que el shiatsu es eficaz para aliviar trastornos frecuentes como dolor de cabeza, migraña, dolor de espalda y dolor de muelas. También se ha utilizado con éxito para combatir trastornos digestivos, estreñimiento y diarrea, así como para recuperar la vitalidad y la energía durante la convalecencia. Se cree asimismo que ayuda a mitigar el estrés, la tensión muscular, la depresión y el insomnio. Algunas personas que padecían rigidez muscular y articular a consecuencia de lesiones han notado mejoría en su movilidad general después de someterse al shiatsu. Esta forma de terapia sirve también para mejorar la función circulatoria y nerviosa y reforzar el sistema inmunológico, así como para regular las funciones de excreción y fortalecer los huesos.

 

¿Cómo es una consulta de terapia manual de shiatsu?

La práctica del shiatsu cada día cobra más adeptos en nuestro país, donde a menudo se emplea como parte de un tratamiento fisioterapéutico más amplio. Busque profesionales e instituciones que cuenten con una capacitación formal para utilizar tratamientos de estimulación como la acupuntura, la digitopuntura y el shiatsu, al que también se llama masaje japonés. En los países donde existen asociaciones de practicantes de shiatsu es necesario aprobar un curso de 50 horas de duración para tratar dolencias menores en casa, o un curso de 3 años para recibir reconocimiento como instructor profesional.

El tratamiento con masaje japones shiatsu depende en todos los casos del diagnóstico, al que el terapeuta llega después de examinar al paciente, interrogarlo sobre sus antecedentes de salud y bienestar y quizá someterlo a pruebas de tacto de las zonas afectadas. Conocer los antecedentes de salud y bienestar y los síntomas específicos de la persona es indispensable para poder prescribir el tratamiento adecuado. Las sesiones de masaje shiatsu suelen durar una hora, y no se requieren aparatos ni instalaciones especiales: lo único que se necesita es una habitación tibia que cuente con una superficie firme en la que el paciente pueda acostarse, éste debe usar prendas holgadas durante la sesión (por lo común camiseta y un pantalón ligero) y no haber comido ni bebido licores con anticipación.

La sesión a veces comienza con ejercicios para estimular los músculos y activar el flujo de energía corporal. Dichos ejercicios son parecidos a los del automasaje chino y el paciente debe practicarlos en casa entre sesiones. Uno de ellos consiste en cerrar el puño, aflojar la muñeca y golpetearse el interior del otro brazo desde la axila hasta la mano; luego hay que darse golpes leves en el dorso del brazo desde la mano hasta el hombro, repetir esto tres o cuatro veces y luego comparar la sensación de esa extremidad con la del otro brazo. Después el golpeteo prosigue por todo el cuerpo, incluyendo la cabeza y hasta donde sea posible alcanzar la espalda. Por regla general, los golpes deben darse en dirección ascendente en la parte frontal del cuerpo y en el interior de brazos y piernas, y hacia abajo en la zona dorsal y el exterior de las extremidades.

En seguida el terapeuta comienza a estimular los puntos de presión del cuerpo del paciente procurando aplicar fuerza pero sin lastimarlo; si aquél siente dolor o molestia significa que hay un bloqueo de energía que el tratamiento debe suprimir. La intensidad del masaje difiere en cada punto, y su duración depende de la reacción de la persona. El terapeuta trata de sincronizar sus movimientos con las espiraciones de ésta pues es entonces cuando se encuentra más relajada y sensible al tacto.

La presión se aplica principalmente con los dedos pulgares, pero no con las puntas sino con las yemas, que son más sensibles y permiten regular con mayor precisión la intensidad del masaje. Para estimular ciertos puntos del cuerpo el terapeuta en ocasiones utiliza la mano entera y pide a la persona que se siente o se acueste boca abajo, de costado o boca arriba. A medida que cambia el flujo de energía la persona puede sentirse reanimada o deprimirse un rato, ya sea durante la sesión o al final de la misma. Es común experimentar síntomas de “frío”, rigidez muscular y otras reacciones adversas, pero éstas forman parte inevitable del proceso curativo y generalmente desaparecen al cabo de uno o dos días. Al principio las sesiones se realizan una vez a la semana, y luego cada 15 días o a intervalos más largos para mantener el equilibrio de energía.

 

El punto de vista ortodoxo sobre el shiatsu como terapia manual alternativa.

Se considera que el shiatsu es una técnica eficaz de autoayuda para la salud y el bienestar, sobre todo para aliviar diversos tipos de dolor. Al parecer el masaje favorece la producción de endorfinas, que son los analgésicos naturales del organismo. Esta terapia manual es inocua para la mayoría de la gente, pero está contraindicada para quienes están tomando cortisona u otros medicamentos esteroides y en casos de inflamación, infección, fracturas o hernia de disco.

 

Recomendaciones del shiatsu como terapia manual alternativa.

Se dice que el masaje en ciertos puntos de presión alivia los síntomas de diversos trastornos.

Pida a alguien que le oprima el centro de la palma de la mano, de 10 a 15 segundos y hacia la muñeca. Este ejercicio debe repetirse tres veces; se dice que alivia el cansancio, la indigestión y la hipertensión.

Dése golpes firmes en el hombro, la base del cuello y la parte alta de la espalda, aumentando poco a poco la fuerza de cada impacto. Haga esto de 15 a 20 segundos y luego cambie de brazo. El ejercicio ayuda a mitigar la rigidez y el dolor musculares.

Para combatir las náuseas y prevenir el mareo, hay que presionar con el pulgar el punto situado unos 4 cm encima de la muñeca. El masaje debe durar de 7 a 10 segundos y repetirse tres veces.

En casos de mareo, dolores menstruales, epilepsia o choque, conviene oprimirse la planta de un pie, en el punto situado a un tercio de distancia entre la punta del dedo medio y el talón. Hay que presionar con los pulgares de 10 a 15 segundos, tres veces.

Para cortar pequeñas hemorragias nasales de dos golpes secos no muy fuertes con la base de la palma de la mano seguidos de otros dos golpes secos en el hueso occipital. Lo importante es que los golpes hagan eco en la cabeza y su cadencia sea rítmica. Repita la secuencia 3 o 4 veces y la hemorragia cesará.